Susana siempre me dice que la comida y la bebida no están pensados para gente que vive sola. En las bandejas de atún o pollo vienen varias raciones, los botes de garbanzos son de medio kilo, etc. Y las botellas de champagne o cava son de 6 copas. Podéis argumentar que existe el benjamín con el que podemos servir dos copitas. Pero en el benjamin no se fermenta el champagne, este proceso sólo se suele hacer en las botellas de 75cl y en las magnum (1,5L). Además, no todos los cavas o champagnes están en formato benjamin, sólo los más vendidos.
Así pues, si nos gusta beber cava, y no lo hacemos por temor a no terminar la botella y que esta se estropee, podemos hacernos con un tapón de champagne Vacu Vin con decantador.
La primera utilidad del tapón de champagne Vacu Vin con decantador – obviamente – es la de tapar el cava para que este pierda el mínimo de gas, una vez nos hayamos servido las copas. Antaño esta función, solía realizarse metiendo una chucharilla de café por el cuello de la botella, aunque la efectividad de este método no tiene ni comparación con el uso de un tapón de cava.
Pero lo que hace especial este tapón de Vacu Vin para evitar que el cava pierda el gas, es su función de decantador. No confundir con un decantador de vino en el que viertes el líquido, ya que esta acción conseguiría todo lo contrario, que el champagne perdiera todo el gas. En el mismo tapón, una vez puesto, basta abrir la tapa para que salga el cava sin necesidad de quitar el tapón. Esto hace que al abrir y cerrar la botella, esta pierda mucho menos gas que si quitáramos y pusiéramos el tapón de champagne cada vez.
Eso si, el tapón sólo nos servirá para un máximo de tres operaciones de abrir y cerrar manteniendo una cantidad de gas aceptable. Pero como bien dicen algunos ¿A quién le dura más de tres veces una botella de cava?
Precio 10 €
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Enlace | Web Vacu Vin
Y queda mucho más presentable que la cucharilla 🙂