80 cumpleaños de la abuela. En la mesa, su mejor mantel blanco. Su nieto, el elegido para servir el vino tinto. Desastre, varias gotas caen sobre el mantel. El nieto de la historia, Brian Vang Jensen, pensó que aquello no se podía repetir. Tenía que ingeniar algo que evitara que aquello volviera a pasar, ni en su casa ni en ninguna otra.
Esta fue la razón por la que Brian Vang Jensen inventó el Dropstop. Al volver a casa, empezó a probar distintas soluciones para evitar la caída de las gotas de vino de la botella al mantel. Tras probar con discos de distintos materiales, al final encontró un material que frenaba lo suficiente el flujo del vino para evitar la formación de gotas y a la vez tenía la flexibilidad suficiente como para ajustarse herméticamente a la forma interior de la botella.