Para cortar bien, básicamente hacen falta dos cosas: un buen cuchillo y una buena tabla de cortar. Entre las tablas de cortar hay muchísimas opciones. De hecho no creo en tener una sola tabla de cortar, si no en tener varias en función del uso que le vaya a dar en ese momento.
En las cocinas profesionales se tienen diferentes tablas por colores para evitar contaminaciones cruzadas de los alimentos: una para pescado (azul), una para carne cruda (roja o granate) y otra para carne cocida (marrón), una para verduras (verde), otra para pollo o carnes blancas (amarilla) y finalmente una para lácteos (blanca). Pero creo sinceramente que en casa no hace falta. Basta con tener cura de la limpieza de las mismas.
Tal y como decía, yo prefiero tener diversidad de tablas en función del uso que le vaya a dar. Por ejemplo, esta tabla de cortar con colador que se puede apoyar en el fregadero de la empresa de utensilios de hogar Premier Housewares me parece extremadamente útil para las verduras, que queremos cortar y limpiar a la vez.