Uno de mis recuerdos de infancia son los yogures caseros de yogurtera. Tengo que agradecerle a mi madre -entre muchas otras cosas- que hiciera el gran esfuerzo de hacer los yogures y me convenciera de que eran mejores que los comerciales (que además traían cromos -no autoadhesivos- de la Abeja Maya de regalo).
Así pues, una yogurtera es una solución para tener yogures caseros de calidad a un precio más que razonable.